![Las metáforas en psicoterapia son importantes.](https://subjetivamente.cl/wp-content/uploads/2025/01/360_F_251549104_t0W6XzyP9IH37Ctb.webp)
El uso de metáforas en Psicoterapia
- blog
- 31 de enero de 2025
- Anika de Nordenflycht
Tabla de Contenidos
Las metáforas son herramientas poderosas en psicoterapia, especialmente dentro del enfoque de la terapia sistémica narrativa. En este tipo de terapia, se reconoce que cada persona es una historia en constante cambio, y la manera en que nos contamos nuestra historia influye profundamente en cómo vivimos nuestra realidad.
Por ejemplo, imaginemos una familia que ve sus interacciones como «un reloj de engranajes cruzados». En este caso, los miembros de la familia pueden percibir que sus acciones y palabras, aunque a veces disfuncionales, están profundamente conectadas de manera que cada engranaje (persona) influye directamente en el funcionamiento del resto. A través de esta metáfora, es posible explorar cómo ciertos patrones de comunicación o comportamientos repetitivos pueden desencadenar un ciclo de dificultades. Al tomar conciencia de estos «engranajes cruzados», los miembros de la familia pueden aprender a ajustar o reemplazar aquellos que no funcionan bien, permitiendo que el sistema familiar funcione de manera más armoniosa y construyan una narrativa más positiva y saludable.
Las metáforas nos permiten distanciar y dar forma a nuestra narrativa, creando una puerta abierta a la reflexión, la comprensión y el cambio. Al externalizar problemas o patrones mediante estas representaciones simbólicas, las personas pueden observarlos desde nuevas perspectivas y empezar a generar historias alternativas que se alineen mejor con sus valores y deseos.
Sin embargo, el uso de metáforas en terapia también presenta desafíos. Una de las principales limitaciones es que no todas las personas logran conectar fácilmente con el lenguaje metafórico, lo que puede dificultar su comprensión o aplicación. Además, si las metáforas no son culturalmente relevantes o no resuenan con la experiencia del paciente, pueden generar confusión y/o desconexión. Por esta razón, es fundamental, que como terapeutas, adoptemos una postura de curiosidad, observando cuidadosamente las reacciones, tanto verbales, como no verbales del paciente. De este modo, podremos adaptar las metáforas al contexto único y específico de cada persona, asegurando que sean accesibles, significativas y adecuadas para su proceso terapéutico.
Las metáforas, al ser simbólicas, permiten a los/as pacientes ver sus experiencias desde nuevas perspectivas. Esto facilita el abordaje de temas complejos y dolorosos de manera más accesible. En lugar de enfrentarse directamente a una emoción o situación, las metáforas permiten explorar estas realidades de una forma más flexible y menos amenazante.
En el contexto de la terapia sistémica narrativa, las metáforas son herramientas fundamentales que permiten a los/as pacientes identificar y comprender los patrones de interacción e historias que han moldeado su vida y sus relaciones. Estas historias, que se construyen a lo largo del tiempo a partir de las interacciones con los demás y las experiencias personales, influyen profundamente en cómo las personas se ven a sí mismas y al mundo que las rodea. Al utilizar metáforas, se abre la posibilidad de replantear y resignificar estas narrativas, empoderando al paciente para asumir un rol activo en la construcción de una nueva narrativa, más coherente y funcional.
Ejemplos de Metáforas
Por ejemplo, una persona puede identificarse con la metáfora de «estar atrapada en una tormenta». Este recurso permite visualizar y externalizar el problema (la tormenta) como algo externo a sí mismo, en lugar de algo intrínseco a su ser. A partir de aquí, terapeuta y paciente pueden trabajar juntos para descubrir qué significa esa tormenta, cómo ha impactado su vida y qué pasos puede tomar para atravesarla, o incluso, transformarla en una experiencia que lo fortalezca. En un caso, esta metáfora ayudó a una paciente con ansiedad a comprender que las situaciones desafiantes no definían quién era, sino que eran eventos temporales que podía aprender a enfrentar. Este cambio de perspectiva le permitió identificar sus recursos internos y desarrollar estrategias para gestionar mejor sus emociones durante los momentos difíciles.
Otro ejemplo es la conocida metáfora de “la mochila”. En esta metáfora, los/as pacientes pueden visualizar sus emociones, recuerdos y experiencias difíciles como objetos que van guardando en una mochila a lo largo de los años. A veces, la mochila se vuelve demasiado pesada, y la persona siente que no puede avanzar. Al explorar esta metáfora, el paciente puede comenzar a reconocer qué cosas ya no necesita cargar y aprender a dejar ir aquellas que no le sirven, lo que simboliza un alivio emocional. Por ejemplo, un paciente describió cómo, al identificar “las piedras” que cargaba en su mochila, logró tomar decisiones sobre sus relaciones y desarrollar límites más claros. Esto impactó directamente su bienestar, al permitirle sentirse más en control de su vida.
Finalmente, en el manejo de la rabia y/o de la ansiedad, una metáfora comúnmente utilizada es la del “semáforo”. Aquí, se guía al paciente a imaginar su respuesta emocional como un semáforo, donde el rojo representa un estado de alerta máxima, el amarillo indica una pausa para reflexionar y el verde simboliza calma y acción segura. A través de esta metáfora, un paciente niño aprendió a identificar las señales de su cuerpo antes de que estas emociones difíciles se intensificaran, lo que le permitió tomar medidas tempranas para evitar la desregulación.
Las metáforas como herramienta de reescritura
Una de las grandes ventajas de utilizar metáforas en la terapia sistémica narrativa es la capacidad de reescribir las historias personales. Las metáforas nos permiten observar nuestros problemas desde un lugar simbólico, lo que facilita la toma de distancia necesaria para ver la situación desde diferentes ángulos. Al cambiar la narrativa, el paciente puede comenzar a liberarse de los relatos limitantes que le han acompañado durante años. Este proceso de reescritura es guiado por el terapeuta a través de preguntas abiertas que invitan a la reflexión, como «¿cómo te gustaría que fuera tu historia si fueras el/la protagonista?», «¿qué podrías aprender de este conflicto que te fortalezca?» o «si pudieras ver esta situación como una metáfora, ¿cómo la describirías?» Estas preguntas ayudan a que el paciente se distancie de la situación problemática y vea nuevas posibilidades de acción.
Por ejemplo, un paciente que se veía a sí mismo como «una persona rota» comenzó a explorar la metáfora del «vaso con grietas». A través de esta imagen, empezó a reconocer que, aunque había pasado por muchas dificultades, las grietas no significaban debilidad, al contrario; una historia de resiliencia y aprendizaje. Al reflexionar sobre sus «grietas», pudo identificar cómo cada una de ellas había sido una oportunidad para aprender, crecer y encontrar formas nuevas de fortalecer su vida. Con el tiempo, esta metáfora le permitió abandonar la visión de su yo «roto» y abrazar una identidad más integrada, entendiendo que sus experiencias difíciles no lo definían, sino más bien, que formaban parte de su proceso de crecimiento.
En este sentido, las metáforas no sólo permiten resignificar las experiencias, sino que también ayudan a fortalecer la identidad y la resiliencia del paciente. En este proceso, quien consulta reconecta con sus capacidades internas, identifica recursos olvidados y adquiere nuevas herramientas para enfrentar desafíos. A través de las metáforas, las personas son capaces de fortalecer su sentido de sí mismas y reconocer que tienen el poder de cambiar las historias que se han contado sobre ellos mismos.
En conclusión, las metáforas son una herramienta invaluable en el proceso terapéutico, ya que nos permiten contar y recontar nuestras historias de maneras que facilitan el cambio y nos empoderan para ser los autores de nuestra propia vida. Es interesante notar que todos utilizamos metáforas en nuestra vida diaria, incluso sin darnos cuenta. Al referirnos a un problema como un «obstáculo», describir una emoción como «pesada» o «liviana», o usar expresiones como “abrir puertas”, “llevar una carga” o “navegar por aguas turbulentas”, estamos construyendo narrativas simbólicas que influyen en nuestra manera de entender y enfrentar el mundo. Esta constante utilización de metáforas nos invita a reflexionar sobre las historias que nos contamos y a considerar cómo podemos reescribirlas para crear narrativas alternativas, más saludables y adaptativas para nuestro bienestar.
NUESTRASTERAPEUTAS
Un equipo, múltiples Perspectivas
Ps. Fernanda Gumucio
Especializada en Psicoanálisis Relacional y Terapia Basada en la Mentalización (MBT)
Directora
+15 años de experiencia
Ps. Anika de Nordenflycht
Especializada en Enfoque Narrativo y Terapia Basada en la Mentalización
Ps. Fernanda Gumucio
Especializada en Psicoanálisis Relacional y Terapia Basada en la Mentalización (MBT)
Directora
+15 años de experiencia