Lo (Anti)Natural de las Maternidades:Una Mirada Psicológica a la Maternidad en 'The Lost Daughter'
El presente artículo ha sido redactado por la psicóloga Nicole Ávalos, especialista del centro en el campo de la psicología clínica y la atención a las problemáticas relacionadas con la maternidad. Nos complace compartir esta reseña con nuestros lectores, y esperamos que este artículo sea un indicador de nuestro compromiso y profesionalismo al abordar estos temas sensibles.
La maternidad, con su complejidad y contradicciones, es a menudo idealizada en nuestra sociedad, pero ¿qué ocurre cuando se desmantelan esas idealizaciones y nos encontramos con la realidad sin filtro? ‘The Lost Daughter’ nos ofrece una oportunidad única para explorar este interrogante. Esta película no teme sumergirse en las profundidades turbulentas de la experiencia maternal, revelando un retrato que es a la vez inquietante y fascinante. En nuestro análisis, desvelaremos la psicología detrás de la protagonista, Leda, una madre cuyas acciones y emociones desafían las normas sociales y exponen las sombras ocultas de la maternidad. Acompáñenme en este viaje que nos llevará a explorar el lado oscuro de ser madre, una realidad que pocas veces se muestra con tanta crudeza. Prepárense para una visión de la maternidad que puede ser tan desafiante como reveladora.
The Lost Daughter tiene como protagonista a Leda, una profesora y madre de 48 años que se va sola de vacaciones a una playa lejana de Grecia. Aquí en medio de su tranquilidad, se encuentra con una madre joven, la cual destaca por su belleza y delgadez, y quien además llega acompañada de su hija pequeña y su familia extensa para disfrutar del lugar. Tras esto, Leda se sumerge en recuerdos del pasado que se vivifican en su presente producto de su propia maternidad. Esta película abarca diversos elementos como la sexualidad, los cambios del propio cuerpo, el rol del padre en la crianza, la identidad, historias vinculares, y sobre todo, la depresión materna.
En cuanto a esto último, me hago diversos cuestionamientos relacionados con lo que se espera de una mamá y lo complicado que debe ser cumplir con todos los estándares. En la juventud de Leda, ella se entrampa dentro de un sufrimiento interminable al tener que atender prácticamente sola a sus niñas, dejando de lado su trabajo, lidiando con los problemas maritales y, en otras palabras, viviendo el “aplastamiento de la responsabilidad” o “crushing responsibility”, como lo dice la misma Leda. Por ende, ella abandona por un tiempo a sus dos hijas cuando éstas tenían 5 y 7 años, dado el agobio que sentía en ese momento. Ella también en la actualidad asume que cuando estuvo sin ellas, se sintió increíble y hay una frase que la protagonista anuncia ya llegando al final de su viaje: “soy una madre antinatural”. En este sentido, ¿qué es lo natural en la maternidad?
Existen múltiples factores culturales implicados dentro de lo que se espera naturalmente de una “buena mamá” y estos aparecen en el día a día perpetuando los roles de género. Por ejemplo, hay comerciales de madres con el pelo al viento, disfrutando de un excelente día, sumamente arregladas, con un cuerpo estupendo, y siendo extremadamente felices con sus hijos. Esa es la maternidad fantaseada que queda como un ideal inalcanzable, es decir, el de las mujeres autosuficientes, competentes en todas las labores que realizan tanto como, sostenedoras afectivas de sus hijos y familias, así como buenas trabajadoras. Esto genera altos niveles de autoexigencia en la búsqueda del logro de expectativas de “perfección” a nivel social.
Si aterrizamos en la realidad, y dejamos de lado los ideales, nos encontramos con que la depresión en mujeres constituye un trastorno de alta prevalencia en el mundo, especialmente en Chile. Una forma de expresarse este cuadro, es en la depresión post parto la cual, en caso de no ser tratada, puede generar efectos adversos de largo plazo pudiendo constituirse este episodio en un precursor de depresión recurrente en el futuro. Por lo tanto, lo que se observa, usualmente, es una disminución en las redes de apoyo a la madre, alto estrés asociado a factores financieros, aislamiento social, regreso al trabajo, problemas de pareja, invisibilización de la necesidades maternas, presiones sociales, culturales, familiares, menosprecio del rol de la crianza a nivel de la sociedad y sentimientos de soledad. Leda, lamentablemente, también cae en esta vorágine y se va quedando sin espacios para hablar de la ambivalencia que surge en torno a la crianza, pues sigue siendo un tabú.
Sumado a lo anterior, otro factor potencialmente implicado en la depresión materna, tiene que ver con las propias historias vinculares. Se ha visto que las madres recurren a modelos femeninos que tuvieron en su infancia para poder criar y es ahí donde a Leda se le presentan los fantasmas de la guardería, es decir, todas esas experiencias no resueltas de la niñez con sus cuidadores. A partir de lo que observamos de la protagonista, da la impresión de haber tenido una relación conflictiva con su madre, pues la describe como alguien hermosa, a diferencia de Leda, quien se compara a sí misma con una “comida envenenada”.
Debido a lo anterior, es importante explorar la historia vincular en psicoterapia, pues así se puede restituir la importancia de los cambios identitarios que ocurren cuando una mujer pasa a ser madre. Por lo tanto, para lograr una comprensión en mayor profundidad, hay que considerar en las intervenciones a la madre, al niño y la relación entre ambos, integrar los aspectos contextuales (pareja, familia, cultura, redes) y evitar las explicaciones de carácter causal que sólo aumentan los sentimientos de culpa. En fin, al igual que la indicación en los aviones antes del viaje “póngase su máscara de oxígeno antes de asistir a otros”, espero que todas esas madres catalogadas como “(anti)naturales” puedan ser escuchadas, visibilizadas y puedan pedir ayuda en un lugar con menos prejuicios y más máscaras de oxígeno para respirar.
La experiencia de la maternidad es una de las más significativas y transformadoras en la vida de una mujer. Sin embargo, es importante reconocer que no todas las experiencias maternas son iguales y que existen múltiples factores que pueden influir en la forma en que una mujer vive esta etapa de su vida. En ocasiones, las expectativas sociales y culturales sobre la maternidad pueden chocar con la realidad personal de cada mujer, generando conflictos y desafíos emocionales.
En nuestro centro de psicología clínica, abordamos de manera integral la complejidad de las experiencias maternas, reconociendo que cada mujer tiene su propia historia, circunstancias y desafíos individuales. Nuestros especialistas están altamente capacitados para brindar apoyo psicológico y terapia personalizada a aquellas mujeres que se enfrentan a situaciones que pueden resultar (anti)normativas o desafiantes en relación con la maternidad.
La terapia psicológica que realizamos en nuestro centro se basa en un enfoque humano y empático, que busca comprender y acompañar a cada mujer en su proceso de exploración y aceptación personal. Nuestros profesionales están comprometidos en ofrecer un espacio seguro y libre de juicios, donde las mujeres puedan expresar sus emociones, reflexionar sobre sus expectativas y encontrar herramientas para lidiar con los desafíos que pueden surgir durante la maternidad.