En «Subjetivamente«, entendemos profundamente la importancia de cada voz en el diálogo sobre la salud mental y el bienestar humano. En este espíritu de inclusión y reflexión, nos complace presentar una perspectiva perspicaz y conmovedora de una de nuestras terapeutas destacadas, Nicole Ávalos. En su última reflexión, Nicole aborda una cuestión fundamental y a menudo pasada por alto en nuestra sociedad: la forma en que vemos y tratamos a los niños y niñas, y cómo nuestras percepciones y acciones impactan en sus derechos y su bienestar.
Conmemorando el Día Internacional de la Niña, Nicole nos invita a explorar más allá de las celebraciones y los reconocimientos superficiales, instándonos a cuestionar las estructuras profundamente arraigadas y los prejuicios que todavía afectan la vida de los más jóvenes entre nosotros. Desde la reflexión personal hasta el análisis crítico de los marcos legales y las normativas sociales, su texto despliega una narrativa que desafía e inspira, llevándonos a considerar cómo nuestras acciones e inacciones como adultos repercuten en la realidad vivida de niños y niñas.
Al leer estas palabras, les invitamos a reflexionar sobre cómo cada uno de nosotros puede contribuir a un mundo más justo y equitativo para la generación más joven. Con la esperanza de que esta reflexión despierte conversaciones significativas y genere cambios positivos, presentamos con orgullo el trabajo de Nicole Ávalos.
El pasado 11 de octubre se conmemoró el día internacional de la niña, el cual se establece como una fecha para recordar sus propios derechos y la situación que se genera sobre todo en los países de escasos recursos. En este sentido, el propósito es disminuir la desigualdad de género, pues habría una brecha entre los derechos que tiene un niño al nacer a diferencia de cuando nace una niña. Por lo tanto, conmemorar esta fecha busca impulsar la inclusión, alfabetización, favorecer la igualdad en oportunidades, potenciar la educación y protección de las niñas. Es así como ante esta situación, empecé a pensar en cómo vemos a los niñas en nuestro país e incluso la visión que tenemos de los niños/as en general. ¿Somos tan inclusivos como creemos?
Para hacer esta reflexión tuve que empezar con mi propia niñez y les hago esta pregunta: “¿a ustedes les preguntaban a dónde querían ir a vacacionar cuando eran niños?” la hago porque a mí la gran mayoría de las veces me decían que tenía que ir donde los abuelos en verano y no me daban mucha voz al respecto… yo al menos por suerte lo disfrutaba. A lo que voy con esto es que quizás no escuchamos tanto a los niños o no los vemos tan “persona” como vemos a los adultos.
En cuanto a los datos duros, podemos mirarlo en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 donde se establece una serie de garantías y principios básicos para todos los individuos de la especie humana, buscando su adecuación al derecho interno de cada uno de los países suscriptores. Esto dio pie a dos de los tratados internacionales de DDHH más importantes: El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966).
Sin embargo, a pesar de todo esto, se establece laConvención Sobre Los Derechos del Niño en 1989 para recoger los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños. ¿Por qué necesitamos hacer esta convención si ya existía una declaración de los derechos humanos? ¿Los niños son menos humanos que los adultos? Y si es que la convención era sobre los derechos de los niños, ¿por qué no se incluyó la opinión de algún niño?
Si lo queremos aterrizar en la contingencia, con el COVID el Ministerio de Salud logró que recordáramos las principales 3 medidas para prevenir el contagio: el uso de mascarilla, el lavado de manos y distanciamiento social. Pero ¿podemos recordar 3 medidas para prevenir el abuso y maltrato en la infancia? Para los niños/as el estado es su familia, al igual como su mamá, papá, las personas que componen su hogar, porque tiene que ver con el techo que se le brinda. ¿Qué pasa si algo de eso es vulnerado? De ahí viene el problema con las residencias de menores y cuando existe una vulneración sistemática a vista y paciencia de las autoridades.
Esta vulneración la podemos ver hasta en la publicidad. ¿Recuerdan la propaganda de estos zapatos donde sale una niña con orejitas de gato, mini falda y un helado en la mano? Para llegar a ese punto, tuvo que pasar por la marca, quienes tomaron la foto, por los papás, hasta llegar a exponer a una niña y sexualizarla ante la vista de todos. Es decir que a pesar de todos los adultos, y todos los filtros posibles, igualmente se logró erotizar a una niña.
En fin, a partir de lo que puedo observar, son los niños quienes han tenido que adaptarse a dinámicas adultocentristas donde todo funciona rápido y los niños deben ser una especie de autómatas racionales y obedientes. Es así como los adultos tienen una actitud de control emocional donde el niño tiene que hacer todo lo que el adulto le diga sin importar las razones, las explicaciones y las emociones, es decir “si yo te digo X, tú haces X”. Creí que era algo obsoleto, pero todavía lo sigo escuchando hasta en los establecimientos educacionales.
Ante todo esto puedo concluir que es relevante escuchar la voz de los niños/as y adolescentes, porque son personas, son sujetos de derecho y el cumplimiento de los derechos humanos es algo cotidiano. No es algo lejano que vemos en los libros, en las noticias, sino que se ve en la propaganda, en la crianza, incluso ahora en la propuesta de la nueva constitución. ¿Seremos capaces, nosotros los adultos, de dejar de hablar por los niños y empezar a hablar con los niños?
La reflexión de Nicole Ávalos nos ha llevado a través de un camino de conciencia y comprensión sobre la posición de los niños y niñas en nuestra sociedad. Nos ha desafiado a ver más allá de nuestras percepciones habituales y a reconocer la importancia de escuchar y valorar las voces de los más jóvenes. Esta perspectiva no solo es esencial para su desarrollo y bienestar, sino también para el progreso de nuestra sociedad en su conjunto.
En «Subjetivamente», creemos firmemente en la importancia de abordar estos temas con profundidad y compasión. Nuestro compromiso con la atención psicológica de calidad, centrada en la subjetividad de cada individuo, se extiende a personas de todas las edades, desde los niños hasta los adultos. Si esta reflexión ha resonado en ti, te invita a hacer un cambio, o simplemente te ha hecho reflexionar sobre tu papel en la vida de los niños y niñas, te animamos a dar un paso adelante.
Resolver problemas, entender mejor nuestras emociones y comportamientos, y trabajar hacia un futuro más inclusivo y comprensivo es un viaje que nadie debería hacer solo. Por ello, te invitamos a agendar una sesión en nuestro centro. Nuestras terapeutas, incluida Nicole Ávalos, están aquí para acompañarte, ofreciendo un espacio seguro y acogedor para explorar, entender y crecer. Juntos, podemos construir una comunidad más fuerte y empática, donde las voces de los niños y niñas sean escuchadas y valoradas como merecen.
Contáctanos hoy para comenzar tu camino hacia el entendimiento y el cambio. En «Subjetivamente«, estamos listas para escucharte y apoyarte en cada paso del camino.