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MRIAM BESOAÍN

PSICÓLOGA CLÍNICA

De la nada: sobre la angustia y el lugar del terapeuta.

Presentación:

¿Ha experimentado alguna vez una angustia repentina e inexplicable? La psicóloga Miriam Besoaín nos guía en una exploración detallada de cómo la mente humana maneja estos momentos inesperados. Este artículo se enfoca en entender el papel de la angustia inesperada en la terapia, destacando su importancia para el análisis introspectivo y el proceso terapéutico. Exploramos cómo las emociones repentinas pueden ser un catalizador para una comprensión más profunda de nuestros procesos mentales y para el descubrimiento de aspectos no explorados de nuestra psique.

Nota Crítica:

En estos últimos días ha destacado en las noticias y conversaciones de la población, el conflicto entre Israel y Palestina. Entre muchas de las cosas que se hablan y se escuchan en los medios  sobre la disputa, son temas tales como el conflicto político, los problemas sociales/humanitarios existentes en las fronteras de los territorios, las conductas terroristas, los efectos traumáticos de las vivencias, entre otros. Este es un conflicto que lleva y llevaba mucho tiempo localizado en un área particular de conflicto que ahora se ha dispersado a otros sectores, cargado por el factor sorpresa maquinado por los atacantes. 

Justamente el factor sorpresa generó una gran consternación en las distintas regiones del mundo, lo cual, me llevó a reflexionar sobre los propios conflictos psíquicos de los pacientes y la sorpresa que se genera frente a una respuesta sintomática. Pensaba en esta frase que he escuchado en la consulta en repetidas ocasiones; “es que fue de la nada”. “Estaba en mi cama tranquilo y fue de la nada, que sentí una angustia en el pecho”, “estaba en mi casa y me dio de la nada un arrebato en que me puse a romper todo”, “estaba en la calle y de la nada empecé a tiritar de miedo”. Y así, podría continuar con muchas aseveraciones en que el sujeto es sorprendido por sí mismo, por su cuerpo sintomático o por su mente desorganizada. 

Y entonces, qué es ¿de la nada? ¿Es esta desarticulación entre el cuerpo y la mente? Pensando en no llevarlo necesariamente a la angustia que se escucha muy repetidamente en la consulta como algo amorfo y repentino. También, hay otras instancias en que los pacientes  mencionan el encuentro con una emoción de la nada, casi siempre de connotación negativa, así como la pena, la rabia, la desmotivación. Y, qué podemos hacer frente a esa nada casi siempre como sin cara, ni lugar, ni espacio. Y por qué si no se entiende algo del propio ser, por qué el paciente recurriría a alguien que no lo conoce, de nada (y que ojalá sea lo más nada posible por favor).  Quizás eso, es lo que precisamente ayuda al paciente, esto es, nuestra representación Del encuentro con esa nada, ese vacío que quedó en la cadena de los significantes y significados. Al final, la nada se podría entender como una petición P: “No me conozcas de nada para poder conocerme a mi mismo”. De alguna forma, el paciente sabe que está en sí mismo el conocimiento (Aunque, siempre está el paciente (más obsesivo por lo demás) que quiere las herramientas lo más rápido posible para tapar ese espacio faltante). 

En síntesis, podríamos pensar en “de la nada” como ese encuentro con lo ininteligible que, mediante nuestro real desconocimiento, nuestras preguntas, espejos, e intervenciones, guiamos al paciente a su conocer y re-conocer de sí mismo. Y así, poder ayudarlo en aquel conflicto psíquico, aquel malestar que nos trae. 

Consideraciones finales:

En esta entrada se ha analizado cómo los episodios de angustia que emergen inesperadamente pueden ser entendidos desde una perspectiva clínica. Lejos de ser meros contratiempos, estos episodios ofrecen puntos de partida importantes para un análisis más profundo de los procesos mentales y emocionales. La terapia, más que un simple alivio de síntomas, se revela como un medio para descifrar los mecanismos subyacentes de nuestras reacciones y comportamientos. Este proceso, retador pero enriquecedor, refleja la capacidad de adaptación y fortaleza del ser humano. Nos muestra que, incluso en situaciones de gran estrés emocional, existen oportunidades para entender mejor nuestra psicología y cómo interactuamos con nuestro entorno. Este artículo propone una perspectiva que ve estos momentos de intensa emoción no como barreras insuperables, sino como instancias valiosas para el análisis y la comprensión psicológica.

 

 

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