Presentación:
En momentos donde la adversidad sacude los cimientos de nuestras comunidades, la necesidad de un soporte emocional y psicológico se vuelve tan crucial como la ayuda material. Es en este espíritu de comprensión y solidaridad que la psicóloga Miriam Besoaín, parte integral de nuestro equipo en «Subjetivamente«, ofrece su profunda reflexión sobre el impacto emocional de las catástrofes recientes en la región de Valparaíso y el papel vital que juega la psicología en la recuperación de aquellos afectados.
Miriam, con su amplia experiencia en el campo de la psicología clínica y un compromiso inquebrantable con el bienestar humano, nos guía a través de un análisis compasivo de las heridas invisibles que tales desastres dejan a su paso. Su enfoque no solo reconoce la magnitud de la pérdida y el dolor, sino que también ilumina el camino hacia la resiliencia y la sanación a través de la implementación de primeros auxilios psicológicos.
Te invitamos a leer y reflexionar sobre estas palabras, esperando que encuentres en ellas tanto el consuelo como la inspiración para actuar, para que juntos podamos reconstruir no solo nuestras estructuras físicas, sino también el tejido emocional y social de nuestra querida región de Valparaíso.
Catástrofe y Primeros Auxilios Psicológicos:
Los últimos días en la región de Valparaíso han sido especialmente difíciles de digerir. La sensación de angustia se siente en el ambiente, los ánimos cabizbajos, y la misma cruda realidad lo demuestra con su paisaje desolador, lo que reafirma la sensación de pesadez.
Las imágenes son bastante gráficas, el fuego que arrasaba rápidamente ayudado del viento feroz, en forma de llamas flameantes, aunque enceguecedoras, se aproximaba errático, impredecible pero certero y fulminante con lo que consumía a su paso. El humo oscureció toda la ciudad, dificultando la respiración, la visión y, por su parte, las sirenas, las alarmas repetitivas y ensordecedoras, intentaban resguardar evacuando a la población. A partir de esta tragedia, muchas personas, animales, hogares se han perdido, con ello, sueños, vínculos, recuerdos, estabilidades y mucho más.
Como se ha mencionado muchas veces en las noticias, esta ha sido posiblemente la mayor catástrofe desde el terremoto del 2010, más de 6 mil viviendas afectadas y 112 fallecidos. Los efectos han sido abordados por diversas instituciones especialistas en brindar ayuda con urgencia; bomberos, carabineros, médicos, municipalidades, ONGs, por nombrar algunas. La asistencia inmediata es fundamental para proteger los derechos y necesidades de las personas damnificadas, el agua, la comida, el restablecimiento del acceso a servicios básicos.
Sobre todo, en un principio aparece algo de lo real, de la supervivencia, de lo que es difícil simbolizar y registrar. Los acontecimientos se convierten en una nebulosa casi imposible de ordenar mentalmente. Es cierto que posiblemente las palabras no alcanzan a hacer justicia en este momento a las emociones revueltas que se sienten en el estómago.
Entonces, teniendo en cuenta lo que estas vivencias significan, que el impacto no es solo físico sino que también emocional, ¿cómo es posible ayudar desde la psicología?, ¿cuál es el lugar del psicólogo en todo esto? ¿de qué forma se puede contribuir?
Es aquí en que entran en juego los primeros auxilios psicológicos, que se enmarcarían en lo que es una intervención en crisis. Pero, ¿qué son los primeros auxilios psicológicos o PAP? Este consiste en una intervención psicológica de formato preciso y conciso, que tiene por objetivo abordar el ahora, en el ámbito emocional, social y práctico. Se busca reestablecer el enfrentamiento inmediato para que el sujeto pueda ir pensándose de nuevo a sí mismo poco a poco.
Los primeros auxilios psicológicos buscan que el individuo pueda sobrellevar de la mejor manera la adversidad existente, recuperando el equilibrio emocional y procurando disminuir otro tipo de secuelas a futuro, como sería un Trastorno de Estrés Postraumático y el desarrollo de otros posibles trastornos. La intervención planteada puede ser llevada a cabo por cualquier persona, siguiendo la estructura desglosada en una diversidad de pasos.
Una manera sencilla de ceñirse a estos pasos es a través del manual ABCDE (elaborado por CIGIDEN). Vayamos por cada letra.
La A: de Activa. Se refiere a la escucha activa, una forma de escuchar en que se le permite al otro hablar, brindando un espacio seguro, sin juicio y evitando precipitarse a los consejos.
B: de Breathe, respiración. En esta sección se invita a la persona a realizar por unos minutos unos ejercicios de respiración para regular el estado de oxigenación del cuerpo y proporcionar calma.
C: Categorización de las necesidades. Las personas afectadas por un evento traumático, pueden sentirse bloqueadas o estar cognitivamente alteradas de algún modo. Ayudar a establecer jerarquías de qué es más importante, es crucial. Puedes ayudar haciendo ciertas preguntas, ejemplo; ¿qué necesitas ahora?, ¿qué es urgente? E ir priorizando.
D: Derivación a redes de apoyo. En este paso, se le acompaña a la persona a identificar y contactar las redes que requiera en este momento. Pueden ser familiares, carabineros, asistentes sociales, municipalidades, entre otros.
E: Educación, de psicoeducación. En este apartado se le explica a la persona las emociones, sensaciones y respuestas físicas que puede esperar a partir del evento, y cuándo es importante buscar ayuda profesional.
Con este paso a paso de cómo ayudar en esta situación que acontece en nuestro país, te invitamos a que te acerques a nuestro centro a recibir apoyo y, también, ser de esta forma un aporte para otros. Un abrazo para estos momentos difíciles.