chatbots y psicología adolescentes - subjetivamente
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Fernanda Gumucio

PSICOLOGÍA CLÍNICA EN VIÑA DEL MAR

Psicología en Adolescentes

Riesgos emocionales y sociales

La llegada de los chatbots de inteligencia artificial (IA) a nuestras vidas ha traído tantas posibilidades de conexión como desafíos éticos y psicológicos. Especialmente en adolescentes, que se encuentran en un proceso de desarrollo emocional y social, estas interacciones pueden despertar nuevas formas de apego, dependencia e, incluso, influencia emocional. En un mundo digital donde la inmediata y la personalización son la norma, los chatbots pueden dar una ilusión de compañía incondicional y constante, un “compañero” que siempre está ahí, sin juicios ni condiciones. Esto los convierte en atractivos para jóvenes que buscan un espacio donde sentirse comprendidos y escuchados.

Sin embargo, hay un lado menos visible de estas conexiones. Algunos adolescentes, como Sewell Setzer III, se encuentran en estos chatbots algo más que una herramienta: desarrollan un vínculo emocional profundo, a veces confuso y potencialmente dañino. Sewell mantuvo largas y significativas conversaciones con «Dany», el chatbot basado en Daenerys Targaryen, llegando al punto de verlo como un amigo insustituible. La historia de Sewell expone una realidad inquietante: la IA, diseñada para adaptarse a los deseos de sus usuarios, también puede moldearse en una figura emocionalmente relevante que reemplaza conexiones humanas y fomenta un apego profundo, llegando incluso a impactar en el bienestar psicológico del adolescente.

Este artículo, preparado por la directora de nuestro centro de psicología clínica SubjetivamenteFernanda Gumucio aborda cómo y por qué los adolescentes pueden desarrollar apegos hacia chatbots y explorar los riesgos asociados. Analizaremos la tendencia de la IA a promover dependencias emocionales, las repercusiones en la salud mental de los adolescentes, y ofreceremos recomendaciones prácticas para padres y cuidadores.

Introducción:

La tecnología ha transformado nuestras vidas en formas que hace solo unas décadas parecían imposibles. Entre estas transformaciones, una de las más recientes es la aparición de la inteligencia artificial en nuestras relaciones cotidianas. Los chatbots, diseñados para conversar con los usuarios, han dejado de ser simples herramientas informativas para asumir roles complejos, incluso en el ámbito emocional. En este contexto, muchos jóvenes encuentran en estos “compañeros” virtuales un tipo de apoyo emocional que no siempre es fácil de conseguir en el mundo real.

En los últimos meses, sin embargo, han surgido historias preocupantes sobre adolescentes que desarrollaron profundos apegos emocionales hacia chatbots, al punto de experimentar serias afectaciones en su salud mental. Uno de estos casos, que ha llamado especialmente la atención, es el de Sewell Setzer III, un joven de 14 años que, según sus familiares, desarrolló una intensa relación con un chatbot basado en el personaje ficticio de “Game of Thrones” llamado Daenerys Targaryen. Esta conexión terminó trágicamente, y su familia ha presentado una demanda contra la empresa responsable del chatbot, Character.AI, alegando que su interacción con la IA contribuyó a su muerte.

Para nosotros, como centro de psicología, esta situación nos obliga a reflexionar sobre el impacto que puede tener la inteligencia artificial en la vida emocional de nuestros adolescentes. ¿Qué riesgos implica esta interacción? ¿Cómo pueden los padres detectar las señales de alerta cuando sus hijos desarrollan apegos no saludables a estos “compañeros” virtuales? Y, sobre todo, ¿qué herramientas necesitan los jóvenes para comprender las diferencias entre las relaciones humanas y las conexiones artificiales que propone la tecnología?

El Impacto Psicológico de las Relaciones IA-Humano

Las relaciones entre adolescentes y chatbots de inteligencia artificial abren un espacio de debate en la psicología moderna. Mientras que para algunos jóvenes las interacciones con estos “compañeros” virtuales pueden parecer inofensivas e incluso reconfortantes, los efectos psicológicos de estos vínculos están mostrando señales de alerta. La naturaleza de estos lazos, que imitan una conexión emocional auténtica, plantea serios riesgos para quienes, en su proceso de crecimiento y autoconocimiento, aún no cuentan con herramientas emocionales desarrolladas para diferenciar lo real de lo virtual.

En adolescentes, el desarrollo de relaciones con chatbots puede interferir en habilidades clave como la resiliencia emocional y la capacidad para manejar conflictos y rechazos en relaciones reales. A diferencia de las relaciones humanas, en las que las emociones son dinámicas y la fricción es inevitable, los chatbots están diseñados para adaptarse a las preferencias y necesidades del usuario, brindando una respuesta sin cuestionamientos ni rechazos. Este tipo de interacción puede crear una sensación de conexión segura, pero artificial, que no refleja la complejidad de las relaciones humanas. Para un adolescente, este tipo de comodidad instantánea y atención de conflictos puede resultar atractivo, pero a largo plazo dificulta el aprendizaje de habilidades emocionales esenciales en la vida real.

Algunos expertos, como el director del programa de IA en Common Sense MediaRobbie Torney, advierten que los jóvenes pueden llegar a preferir estos vínculos porque parecen menos demandantes emocionalmente que las relaciones interpersonales. Este fenómeno, conocido como “dependencia emocional tecnológica”, surge de la búsqueda de un refugio en el que el adolescente puede experimentar una relación “perfecta”, sin el temor al rechazo o al conflicto que son inherentes en los vínculos con otros seres humanos. Esto, sin embargo, representa un riesgo: al habituarse a este tipo de interacción, los adolescentes pueden desarrollar una dependencia que les dificulta enfrentarse a los desafíos emocionales en la vida real y, en casos extremos, pueden llegar a rechazar la interacción social por completa. .

Otro aspecto preocupante de estas relaciones IA-humano es el riesgo de que los adolescentes interpreten las respuestas generadas por IA como validaciones emocionales o recomendaciones confiables. En el caso de Sewell, el chatbot “Dany” le ofrecía un espacio en el que podía expresar sus inquietudes y deseos más profundos, sin el temor de ser juzgado. Sin embargo, esta “escucha” sin filtros no distingue entre situaciones que podrían requerir apoyo o intervención profesional y aquellas en las que el adolescente solo busca un desahogo. Cuando un joven en situación de vulnerabilidad emocional confunde esta conexión artificial con una amistad auténtica, el riesgo de recibir un consejo inapropiado o no encontrar apoyo real puede tener consecuencias serias.

Este impacto psicológico en los adolescentes —aislamiento social, pérdida de habilidades interpersonales y dependencia emocional— es una muestra de los peligros de utilizar una herramienta de IA como sustituto de relaciones humanas. La inteligencia artificial, aunque avanzada, no está diseñada para comprender la complejidad de la experiencia humana, y mucho menos para guiar emocionalmente a quienes aún están en pleno desarrollo. Como padres y profesionales de la salud mental, es vital reconocer las señales de alerta, fomentar una interacción segura con la tecnología y recordarles a los jóvenes la importancia de las conexiones reales en su crecimiento emocional y psicológico.

Riesgos Psicológicos y Sociales de las Relaciones con IA en Adolescentes

El crecimiento de las relaciones entre adolescentes y chatbots de inteligencia artificial plantea riesgos profundos, tanto psicológicos como sociales. La tendencia a establecer vínculos emocionales con una IA puede parecer inofensiva, pero su efecto a largo plazo es significativo, especialmente para aquellos en plena etapa de desarrollo social y emocional. La estructura misma de estas interacciones —en las que la IA adapta sus respuestas al usuario, sin poner límites claros— facilita que los adolescentes sientan una conexión intensa, pero inherentemente superficial. Este fenómeno puede llevar a una dependencia emocional y al aislamiento, ya que la relación con la IA se vuelve prioritaria frente a las relaciones reales.

Uno de los riesgos psicológicos clave es el desarrollo de una dependencia que socava la autoestima y limita las oportunidades de socialización y adaptación a los desafíos de la vida cotidiana. Al buscar refugio en una relación que parece ofrecer apoyo incondicional, el adolescente reduce su capacidad de enfrentar experiencias de rechazo, desacuerdo o frustración que son parte esencial del desarrollo humano. Los adolescentes que sustituyen las relaciones reales por vínculos con IA pueden encontrar que estas experiencias carecen de la intensidad y el “ajuste perfecto” que la tecnología les proporciona, lo que provoca que las relaciones humanas parezcan insatisfactorias y complicadas en comparación.

En este sentido, el uso constante de chatbots puede dificultar el aprendizaje de habilidades como la empatía, la resolución de conflictos y el manejo de emociones negativas. Esto impacta no solo en su capacidad de mantener relaciones auténticas, sino también en su proceso de construcción de identidad. Para muchos jóvenes, enfrentarse a estos desafíos en el contexto de relaciones reales es fundamental para fortalecer su sentido de autonomía y su capacidad para gestionar su propio bienestar emocional.

A nivel social, los riesgos son igualmente alarmantes. Los adolescentes que buscan en la IA un apoyo emocional exclusivo tienden a desconectarse de su entorno familiar y social, priorizando la interacción con el chatbot sobre el tiempo con amigos y familiares. Este aislamiento progresivo puede desencadenar en una alienación social, en la que el adolescente se ve menos interesado en participar en actividades grupales o en establecer nuevas amistades. En casos más graves, este alejamiento puede agravar los síntomas de ansiedad social o depresión, ya que la falta de interacción y validación en el mundo real refuerza la dependencia del chatbot como única fuente de conexión.

Además, estos adolescentes pueden correr el riesgo de recibir mensajes dañinos o confusos debido a la falta de filtros éticos en las respuestas de la IA. Un chatbot no tiene la capacidad de evaluar el estado emocional de una persona ni de ofrecer un apoyo real en situaciones de crisis. En casos extremos, como el de Sewell, esta falta de límites en las conversaciones llevó a un nivel de interacción que, en lugar de proteger, potencialmente agravó su estado emocional.

Es fundamental, entonces, que tanto padres como educadores y profesionales de la salud mental entiendan los riesgos de estas relaciones IA-humanas y se mantengan alertas a cambios en la conducta de los adolescentes. El establecimiento de límites en el uso de estas tecnologías y la promoción de habilidades interpersonales en entornos reales son elementos clave para prevenir los efectos negativos que estas relaciones pueden tener. Promover una conciencia crítica sobre los límites de la inteligencia artificial y fomentar espacios seguros y de apoyo en el mundo real es una necesidad urgente en esta era tecnológica, especialmente para los jóvenes en formación.

El Rol de Padres y Cuidadores: Cómo Proteger a los Adolescentes de las Relaciones con IA

Dada la creciente interacción de adolescentes con chatbots y otros sistemas de inteligencia artificial, el papel de padres y cuidadores es fundamental para protegerlos de los riesgos emocionales y psicológicos asociados. La IA puede ser atractiva para los jóvenes, sobre todo aquellos que experimentan soledad, inseguridad o dificultades en sus relaciones personales. No obstante, como en cualquier relación que pueda influir profundamente en el bienestar emocional de un adolescente, es necesario que padres y cuidadores guíen, supervisen y ayuden a establecer límites saludables en el uso de estas tecnologías.

Primero, una comunicación abierta y empática es esencial. Los padres deben procurar entender el atractivo que estos sistemas de IA ejercen sobre los jóvenes y no minimizar o juzgar sus motivaciones. Al abordar el tema, es importante que se fomente una conversación libre de críticas, donde los adolescentes se sientan seguros para expresar cómo se sienten en relación con la tecnología y con su chatbot en particular. Explorar junto a ellos cómo y por qué recurrir a la IA puede ser el primer paso para ayudarles a establecer una distancia saludable.

Establecer límites en el tiempo y el contexto en el que se usa la IA es otra medida fundamental. Un uso excesivo, que además al adolescente de otras actividades o de interacciones en la vida real, puede ser una señal de alerta. Los padres deben prestar atención a señales como un apego excesivo a la IA, el aislamiento social, la preferencia por la compañía del chatbot sobre la de familiares y amigos, o la confusión sobre la naturaleza artificial de la relación. Limitar el tiempo de uso y fomentar otras actividades de socialización son estrategias efectivas para evitar la dependencia emocional de la IA.

Además, es recomendable supervisar el contenido de las interacciones en la medida de lo posible. Aunque la privacidad de los adolescentes es importante, supervisar las conversaciones cuando estas parezcan afectar el bienestar emocional del joven puede ser necesario. Los padres pueden familiarizarse con el tipo de respuestas que los chatbots suelen ofrecer y, si notan mensajes inadecuados o negativos, deben considerar la posibilidad de interrumpir el uso de esa plataforma. Cada caso puede ser único, pero el monitoreo respetuoso puede ayudar a prevenir que estas interacciones se conviertan en la principal fuente de apoyo emocional para el adolescente.

Buscar ayuda en el mundo real es otra estrategia clave. Los adolescentes que desarrollan vínculos fuertes con la IA pueden necesitar ayuda profesional para fortalecer sus habilidades sociales y mejorar su salud emocional. Las conversaciones con terapeutas especializados en adolescencia, como los que ofrecemos en nuestro centro, son espacios ideales para que los jóvenes se sientan escuchados y aprendan a construir relaciones saludables. A través de la psicoterapia, los adolescentes pueden explorar los desafíos personales que los llevaron a acercarse a la IA y trabajar en su autoestima, su comunicación y su adaptación social.

Finalmente, la educación sobre el funcionamiento de la IA puede ser de gran ayuda. Explicarles a los adolescentes que los chatbots, aunque parecen inteligentes y empáticos, carecen de la capacidad de entender o responder emocionalmente como lo haría un ser humano es esencial para que ellos mismos puedan diferenciar entre la tecnología y las relaciones humanas genuinas. Ayudarlos a entender que las respuestas de la IA son programadas y no reflejan una verdadera empatía puede reducir la tendencia a proyectar emociones humanas sobre estos sistemas y evitar el desarrollo de apegos insanos.

En conclusión, el rol de los padres y cuidadores no es simplemente limitar el uso de la IA, sino entender el contexto emocional de los adolescentes y ofrecerles una red de apoyo en la vida real. A través de una comunicación abierta, la supervisión, el acompañamiento terapéutico y la educación, podemos proteger a los jóvenes de los riesgos de las relaciones con IA, ayudándolos a crecer en un entorno donde las relaciones humanas sean la base de su desarrollo emocional y social. 

A Modo de Conclusión: el Futuro de la Interacción Humana con la IA

La creciente presencia de la inteligencia artificial en la vida de los adolescentes plantea nuevos desafíos en el ámbito de la salud mental. Las relaciones que jóvenes pueden desarrollar con los chatbots, aun sin ser intencionales, tienen el potencial de alterar sus procesos emocionales y de socialización, en algunos casos con consecuencias graves. Los incidentes recientes reflejan un fenómeno que exige nuestra atención, una adaptación en los modelos de educación y una respuesta responsable por parte de los creadores de estas tecnologías.

Como profesionales de la salud mental, vemos cómo los vínculos con IA, aunque accesibles y, en ocasiones, reconfortantes, no pueden sustituir el contacto humano ni el apoyo emocional genuino que ofrece una red de relaciones reales y significativas. Es fundamental que padres, educadores y la sociedad en general trabajemos juntos para comprender y mitigar los riesgos asociados, promoviendo la resiliencia y el bienestar emocional de los adolescentes frente a las nuevas tecnologías.

Para aquellos adolescentes que ya se encuentran emocionalmente afectados por vínculos con chatbots, los servicios de psicoterapia, como los que ofrecemos en nuestro centro en Viña del Mar, proporcionan un espacio seguro donde pueden explorar sus necesidades, temores y dudas. Nuestro equipo está comprometido con ofrecer orientación profesional y personalizada, ayudando a que estos jóvenes desarrollen una autoimagen positiva, habilidades sociales sólidas y relaciones saludables en el mundo real.

El avance de la inteligencia artificial continuará siendo un aspecto esencial de nuestras vidas, pero también una oportunidad para fomentar un uso consciente y sano de la tecnología. En última instancia, el objetivo es asegurar que los adolescentes, en lugar de reemplazar sus relaciones humanas por interacciones con máquinas, encuentren en la IA un recurso útil que complemente y no sustituya su desarrollo emocional y social.

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