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CARMEN SALAZAR

PSICÓLOGA CLÍNICA

Más Allá de las Herramientas: La Salud Mental como Derecho Universal

Introducción:

El Día Mundial de la Salud Mental, celebrado cada 10 de octubre, es una jornada de reflexión global sobre la importancia de nuestro bienestar mental y emocional. Es una oportunidad para reconocer y desafiar los estigmas, para educar y para promover prácticas y políticas que respalden la salud mental de todos. 

En este contexto, Carmen Salazar, destacada psicóloga de nuestro centro «Subjetivamente» en Viña del Mar, comparte sus pensamientos sobre la salud mental como un derecho humano universal. A través de su experiencia y perspectiva única, nos invita a explorar cómo la terapia puede ser una herramienta poderosa para empoderar a las personas, permitiéndoles reconocer y aprovechar sus propias capacidades y recursos internos.

El día internacional de la Salud Mental:

El 10 de octubre se celebra el día mundial de la salud mental, el cual, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “tiene como objetivo concientizar acerca de los problemas de salud mental en todo el mundo”. Para esto, cada año la OMS realiza campañas con distintos temas y enfoques, y este año lo que se busca es sensibilizar e impulsar medidas que promuevan y protejan la salud mental de todos como derecho humano universal básico. Esto implica, a grandes rasgos, que, independientemente de su origen o ubicación, todas las personas tienen derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud mental, lo que incluye protección contra riesgos que la afecten, el acceso a una atención digna y de calidad; sin ser discriminados o excluidos.

Este planteamiento me parece que es el piso mínimo necesario para abordar la salud mental en su totalidad y es transversal a todas sus dimensiones: social, político, educacional, género, entre otros. Así, me surge la pregunta de cómo se ve interpelado el mundo de la psicología clínica y de la psicoterapia en la consideración de la salud mental como un derecho humano universal, ya que, a diferencia de ámbitos más macro del ser humano, en el mundo de lo intrapsíquico no hay una política pública, un proyecto social o algún producto concreto que nos permita establecer una lucha de este tipo. O, en palabras que usan muchos de mis pacientes, ¿con qué herramientas contamos para incorporar esta visión a nuestra práctica clínica?

El término herramienta es común escucharlo en los motivos de consulta de las personas que llegan a psicoterapia: “necesito que me de herramientas para enfrentar X cosa”; “no cuento con las herramientas necesarias para esto…”, y así muchas otras frases similares. Podemos pensar, entonces, que muchas personas llegan consultando con una caja de herramientas personal y el espacio terapéutico se presenta como una ferretería en la que van a poder encontrar aquello que les falta para un fin determinado. Así, el terapeuta sería aquel encargado de poder recomendar o indicar qué se necesita para cada cosa y, más aún, se espera que sea el que reconozca o diagnostique lo que se debe “arreglar” para poder, luego, entregar las herramientas indicadas para aquello.

El problema de esta analogía no tiene que ver con que el paciente espere algo de su terapeuta, dado que esta expectativa es básica para sostener un tratamiento. Lo que se vuelve complejo es que la caja de herramientas del terapeuta consta, a mi parecer, de dos cosas: de la escucha activa y de la intervención técnica; cada una de ellas es tan singular como lo es cada psicólogo/a. Y es a través de estos dos elementos que el rol del terapeuta, más que vendedor de herramientas, podríamos decir que es de artesano, en tanto permite la construcción, creación e incluso reparación de recursos que el paciente ya trae consigo.

Y en este punto me gustaría hacer el cruce con la salud mental como derecho humano universal: y es que cada persona tiene el derecho a ser visto como una persona dotada de herramientas, como un consultante que ya trae consigo una caja con herramientas, solo que, por alguna u otra razón dejaron de funcionar, se olvidaron que las tenían o, simplemente, se desconocen de sí mismos. Así, poner al centro la subjetividad de cada persona es una forma de validarlos como seres humanos, haciéndolos protagonistas de su propio bienestar. Aquí nuestra lucha está en el vínculo terapéutico, en el que partimos como defensores frente al malestar de aquel ser humano para que, a través del proceso de psicoterapia y de la construcción conjunta de herramientas, ellos puedan ser sus propios garantes de tener una salud mental plena y satisfactoria.

Consideraciones finales

La salud mental es una parte integral de nuestro bienestar general, y cada uno de nosotros merece el apoyo y la guía adecuados para navegar por los desafíos emocionales y psicológicos que la vida nos presenta. Si sientes que podrías beneficiarte de un espacio seguro para explorar tus emociones, enfrentar desafíos o simplemente entender mejor tu propia mente, te invitamos a considerar una sesión de psicoterapia en «Subjetivamente». Nuestro equipo de profesionales capacitados está aquí para acompañarte en tu viaje hacia un bienestar mental y emocional óptimo. No esperes a sentirte abrumado; da el paso hoy y permítenos ser parte de tu camino hacia una vida más plena y satisfactoria.

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