Cómo separar el problema de la identidad. La externalización en la terapia narrativa

Melisa Stilz

¿Alguna vez has sentido que un problema te absorbe tanto que ya no puedes ser tú mismo/a? Que no puedes dejar de pensar en eso y hasta te cuesta imaginar cómo sería tu vida sin ese conflicto, esapreocupación o esa sensación que te pesa. Esta sensación puede ser muy abrumadora y generar un
impacto en cómo te percibes a ti mismo/a y en las relaciones que tienes con los demás. A menudo, llegamos a un punto en que sentimos que el problema ha comenzado a definir quiénes somos, afectando no solo nuestro bienestar emocional, sino también nuestra autoconfianza y la capacidad para tomar decisiones libres de esa carga.

Muchas veces, sin darnos cuenta, nos dejamos envolver por los acontecimientos y sentimos que perdemos nuestra identidad: nuestros valores, creencias y la esencia de quienes somos quedan en segundo plano. Esto puede generar confusión o hacernos sentir “debilitados”, como si el problema nos definiera. Sin embargo, existe un modo alternativo de tratar con estos desafíos que se escapa de la forma convencional de realizar terapia psicológica. De ahí nace la terapia narrativa, un enfoque del paradigma constructivista creado en los años 80 por Michael White y David Epston, que propone una forma diferente de entender y abordar los problemas. En este enfoque, una de las ideas centrales es la «externalización», que más que una técnica, es un modo creativo de construir diálogos sanadores con el paciente.

A estos diálogos se les llama “conversaciones externalizantes”, y su objetivo es hacer que el problema sea visto como una entidad separada de la persona o de la elación que lo trae a consulta. En palabras más sencillas, externalizar es sacar fuera de uno mismo/a el “dilema”, es decir, extraerlo, dividirlo, expulsarlo o desenraizarlo para poder observarlo desde una distancia segura. Esta separación permite que el problema deje de ser una parte intrínseca de la identidad de la persona y, en su lugar, se convierta en algo que puede ser observado, analizado y, finalmente, manejado. De esta manera, la persona recupera el control de su vida y se siente empoderada para actuar frente a lo que antes parecía incontrolable.

Es en este proceso donde los psicólogos debemos ser cautelosos y reflexivos con cada palabra o frase que se utiliza en la sesión. Externalizar implica invitar al paciente a describir el problema de manera detallada y transformarlo en algo concreto, como un personaje, una historieta, un cómic o una
metáfora. Estas representaciones pueden facilitar una nueva comprensión del conflicto y, lo que es más importante, ofrecer al paciente una perspectiva diferente. Para algunos pacientes, el uso de herramientas gráficas como dibujos, cartas, actas, poemas, escritos o diarios de vida puede ser útil. Lo importante no es ser un gran escritor o pintor, sino participar activamente en el proceso de separación entre el problema y la identidad.

Por ejemplo, una manera efectiva de externalizar podría ser utilizar la personificación. Si un paciente tiene problemas con la ira, podría referirse a este sentimiento como «el Hulk», un personaje conocido por su fuerza descontrolada y furia. Al darle un nombre o imagen concreta a la emoción, el paciente
puede comenzar a verla como algo externo a sí mismo/a y no como una parte inmutable de su ser. De esta forma, el problema se convierte en algo que puede ser trabajado, gestionado y, en última instancia, reducido. El enojo ya no es “quién soy”, sino algo con lo que puedo dialogar y que puedo
modificar. Al usar personificaciones como esta, se facilita la toma de conciencia de que el problema es el problema, y no la persona. No somos nuestras emociones, ni mucho menos nuestros errores, y es importante empezar a ver nuestras experiencias desde esta nueva perspectiva.

Además, al externalizar el problema, es fundamental abrir espacio para explorar otros relatos importantes en la historia de vida del paciente, relatos donde el problema no estuvo presente o no tuvo el poder suficiente para interferir en cómo la persona se ve, se describe y se valora. En este sentido, la
terapia narrativa busca destacar esos momentos donde el paciente fue capaz de sostenerse y ejercer un grado de agencia personal, es decir, momentos en los que pudo tomar decisiones, influir en su entorno o responder de manera efectiva a las circunstancias. Estos momentos representan lo que llamamos «historias alternativas».

Las historias alternativas permiten reconstruir la identidad y nuevos capítulos de vida, donde el problema no satura ni absorbe toda la energía y atención de la persona. Así, en lugar de permitir que el conflicto domine la narrativa principal, se abren otras posibilidades para que la persona vea aspectos positivos y resilientes de sí misma. Este cambio de enfoque, aunque no es fácil, es clave para que el paciente pueda recuperar la confianza en sus habilidades y recursos.

Finalmente, es importante recordar que cambiar el «lente» con que observamos la vida no es sencillo, pero con suficiente atención y trabajo terapéutico, es posible encontrar una nueva forma de narrar nuestra historia. Este proceso puede ser liberador, ya que no solo le quita poder al problema, sino que
también le permite a la persona descubrir y fortalecer sus capacidades para enfrentarse a los retos con una mayor claridad.

Referencias

● White, M. (1989). Narrative means to therapeutic ends. Dulwich Centre Publications.

● Epston, D., & White, M. (1990). Narrative therapy: The social construction of preferred realities. W. W. Norton & Company.

COMPARTE ESTE POST

´Únete a nuestra comunidad

Accede a información semanal, promociones y noticias sobre bienestar y salud mental.

Nosotros te Orientamos

En Subjetivamente nos especializamos en todo tipo de condiciones y malestares relacionados a tu salud mental.

Contamos con un equipo de psicoterapeutas especializados e integrados, para que puedas atenderte de manera integral, cómoda y segura.

Gracias a la experiencia de nuestro equipo somos capaces de ofrecerte terapias y orientación psicoterapéutica avanzada. De esta forma, te ayudamos a resolver tanto problemas de tu personalidad como alteraciones de la dinámica interpersonal y familiar.

Lo que obtienes en Subjetivamente

  • Valoración integral del paciente.
  • Atención Personalizada
  • Privacidad y Confidencialidad.
  • Equipo Integrado.