A tan solo diez días de la elección presidencial que definirá el rumbo del país, la intensidad del proceso político alcanza su punto máximo. Si bien el despliegue de mensajes políticos en plataformas digitales y medios es natural en democracia, su irrupción puede generar un efecto emocional profundo en muchas personas.
En este periodo, hemos observado que el ambiente político polarizado intensifica la ansiedad, los conflictos interpersonales y un cansancio psicológico que se instala tanto en los hogares como en los lugares de trabajo. Para proteger nuestra salud mental en esta etapa final, es fundamental entender el impacto de este clima y aplicar estrategias de autocuidado intencionadas.
El Costo de la Saturación Emocional
Tras la primera vuelta, se han manifestado señales claras de saturación emocional en la población. Estas incluyen dificultades para dormir, irritabilidad, preocupación constante por el futuro, tensiones familiares, discusiones recurrentes en espacios laborales y, en algunos casos, una sensación de desesperanza.
Este desgaste no es casual. Cuando la incertidumbre aumenta y estamos expuestos continuamente a discursos confrontacionales, nuestro sistema nervioso entra en un estado prolongado de alerta, lo que resulta exhaustivo.
El factor más dañino: La Fractura de Vínculos
La polarización que caracteriza este ciclo electoral no se limita a dividir opiniones; lamentablemente, también divide vínculos. Esta fractura social es uno de los factores más perjudiciales para la salud mental colectiva. En este contexto, es esencial no perder de vista el foco comunitario. Todo cambio social, incluidos los procesos electorales, es más sostenible cuando se construye desde la cooperación, la escucha y la pertenencia, y no desde la fractura emocional. Recordar que somos parte de una comunidad ayuda a disminuir la tensión y a recuperar el sentido de propósito colectivo.
El Riesgo de la Sobrecarga Informativa
La recta final de la segunda vuelta trae consigo un aumento considerable de información: noticias, encuestas, rumores y contenidos virales circulan sin pausa. Desde la perspectiva de la salud mental, sabemos que el exceso de estímulos, especialmente cuando mezcla alarma y desinformación, amplifica significativamente la sensación de miedo, ansiedad y las expresiones de ira.
Estrategias de Autocuidado para la Última Semana
Proteger nuestro bienestar psicológico requiere acciones conscientes ante esta intensificación de la comunicación política.
1. Regular la Exposición: Una estrategia clave es regular la exposición a noticias y debates. El autocuidado implica cuidar lo que vemos y lo que difundimos.
2. Consumo Consciente: Es crucial verificar fuentes y consumir información de manera consciente. Antes de compartir contenido, pregúntese: ¿esto aporta o solo intensifica el ruido emocional?.
3. Escucha y Empatía: Al conversar con otros, practique la escucha activa y la empatía, buscando regular la respuesta impulsiva.
4. Estabilidad y Calma: Mantenga rutinas que proporcionen una sensación de estabilidad y control. Asimismo, busque activamente espacios de calma fuera del ruido político.
Si bien dentro de pocos días elegiremos un próximo gobierno, lo que incidirá a largo plazo en nuestra cotidianidad, es importante recordar que nuestro bienestar psicológico no se define cada cuatro años. Depende de nuestras decisiones cotidianas, de cómo gestionamos la tensión y las situaciones de crisis, de cómo nos tratamos entre nosotros y de cómo protegemos nuestra salud emocional.
La segunda vuelta definirá un rumbo político, pero la comunidad define algo igual de trascendental: el clima emocional en el que queremos convivir en nuestro territorio. Cuidar ese clima es una responsabilidad de todas y todos.




