El estigma: un obstáculo nacional para la salud mental
El estigma es una barrera silenciosa pero poderosa. Es ese juicio, crítica o miedo al “qué dirán” que lleva a millones de personas a sufrir en silencio, creyendo que su lucha es un defecto personal y no una condición que requiere apoyo profesional.
Por primera vez, el Estado de Chile lanza una campaña nacional de salud mental con un mensaje simple y contundente:
“Estigmatizar cierra puertas. Abramos la conversación sobre salud mental.”
Este hito refleja un desafío central de la salud pública: derribar barreras invisibles que impiden que las personas reciban apoyo.
¿Qué puertas cierra la estigmatización?
Cuando hablamos de estigmatizar, nos referimos a barreras concretas que afectan la vida de las personas:
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1. La puerta de la ayuda profesional
El miedo a ser etiquetado retrasa la búsqueda de terapia o atención psiquiátrica, lo que agrava las crisis y hace que los tratamientos sean más largos y complejos.
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2. La puerta de la familia y amigos
El silencio se convierte en aislamiento. Sin comunicación, la red de apoyo cercana —familia y amistades— no puede acompañar ni brindar consuelo.
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3. La puerta del autocuidado
La vergüenza hace que la persona niegue lo que siente, bloqueando el desarrollo de hábitos saludables y estrategias de cuidado emocional.
El desafío: abrir la conversación
El Ministerio de Salud invita a transformar la cultura del silencio en una de diálogo. Abrir la conversación es sencillo, pero requiere intención y cuidado:
- Escucha sin juzgar: Validar la experiencia del otro, sin buscar culpables ni dar consejos no solicitados.
- Acompaña sin ridiculizar: Crear un espacio seguro donde la persona pueda expresarse con dignidad.
El lanzamiento de la línea de prevención del suicidio 4141 y el aumento de atenciones de salud mental en la red pública son señales claras de que estamos avanzando.
El cambio cultural es responsabilidad de todos. Es momento de dejar atrás los prejuicios y lograr que “estigmatizar cierra puertas” sea recordado como un mensaje histórico, no como una realidad vigente.





